¿DÓNDE
ESTARÁN LOS NIÑOS DEL MANNUCCI….?
Aquella
tarde dominical de suplicas, hasta los ateos creían en los prodigios y
prometían volverse cristianos clamando a Dios con
oraciones y ofrecimientos, el final se aproximaba todos habían celebrado a
rabiar los últimos goles del “Socio” Héctor Fabián Arias y apretaban los
puños y dientes cuando se jugaban los descuentos ya que los arequipeños
se acercaban al empate.
De
pronto en ese silencio inesperado sonó el pitazo del “Pellejo” Torres y
el pánico se apodero de todas las almas carlistas que aquella vez ni llenaron
el mítico estadio Mansiche, solo la fiel y polémica barra de Chicago
comandada por “El Boqui” ya afónico gritaba a todo pulmón “No se va, no se va, Mannucci no se
va…contagiando así a los asistentes.
Los
jugadores se envolvían en abrazos con su técnico el valeroso Sergio Ricardo
Pereyra, miraban hacia la cabinas radiales esperando el resultado en
Cerro Pasco y el publico radio portátil a pilas en espera de lo que
sucedía, ya tenían jugando allá 05 minutos de sobre tiempo y no concluía el
bendito partido, de pronto el resultado oficial que recuerdo nadie quiso
decirlo, pero se tenía que dar como primicia: Unión Minas 0 - Cienciano 0, lo cual salvaba al cuadro cuzqueño y
condenaba a Mannucci a la bajan en aquel fatídico 27 de noviembre de 1994.
Se
podía comparar ese instante a los aficionados como el haber recibido un
cubetazo de hielo o petrificados en el tiempo o quizás peor, saber que el ser
amado habría partido a la eternidad, mientras nosotros intentando evitar el
contagio del dolor buscábamos respuestas, excusas. Habían pasado más de 10
minutos, que los jugadores se habían retirado al camarín a guarecerse de algún
temor, la gente de oriente ya había abandonado su lugar mientras que en
occidente solo quedaba la Barra de Chicago con un Boqui envuelto en su
banderola azulina gemía la desdicha como muchos hinchas, y consolados por un;
¡Oh Volverá, volverá… ¡
Era
muy caballerito muy educadito me detuve a contemplarlo y mientras
me acercaba más descubrí que también sufría en mutismo, se le veía muy
adolorido, tenía entre 08 a 10 años, de piel blanca y pelo rubio y de
apariencia pituca, a su costado se hallaba su hermanito quien casi sin entender
lo que pasaba se abrazó a él envolviéndose en su gigantografía; vi solo una lágrima
rodar por sus mejillas y otras más como buscando desahogo en sus familiares que
en esos momentos ni se les advertía.
Alcance
a leer en su gigantografía…” siempre te seguiré…” y algo más que me estremeció y pensé
en hacerles una nota, quizás “Los
niños del Mannucci”, de
pronto algunas voces de la cabina me desconcentraron eran Lucho y Carlos
quienes me pedían a gritos que me dirigiera hacia los camerinos esperaban mi
informe final para Radio Heroica y desde planta baja, pues ya querían
irse a sus casas.
Tuve
que reaccionarvolviendo hacia mi objetivo y al cruzar rumbo a camerinos,
divise entre los pocos barristas que no se iban del estadio quienes
parecían estar pegados al en el cemento era como cruzar por un bosque humano
petrificado, que tal impacto aun así logre llegar al área de los
camerinos y me encontré con un grupo de 10 niños que consolaban con sus
tiernos abrazos al argentino Fabián Arias sentado en el suelo, quien lloraba su
rabia, me aproxime pero al ver como los niños lo cobijaban seguí rumbo al
camerino, respete su dolor.
Al
llegar al camerino sur, toque la vieja puerta de madera la que encontré cerrada
no encontrando respuesta así que decidí esperar pensando en el niño hincha y
mis pensamientos confusos y alterados viajaban meses antes desde
cuando los hermanos Saavedra llegaron y un año 93 con Julio Cesar
Uribe como técnico lograban con Mannucci un triunfo en
Huaral, luego mi viaje a Cerro de Pasco con Camacho y Peláez en ese empate con
Unión Minas 2 a 2 con golazos del platense Mario Raúl Villegas
y otros triunfos más que ubicaron al equipo a disputar una pre
liguilla y solo la diferencia de goles con el Sport Boys lo elimino.
Comenzaría
luego la temporada 94 con mucha ilusión y con un proyecto de hacer del equipo a
un grande y hasta se soñaba con una libertadores y pese a las contrataciones y
luego de un aceptable empate con Alianza Lima 3-3 y de golear al Cienciano por
4 a 1,llegariaun triunfo ante el Defensor Lima en la capital y luego vendría la
goleada que sufrió el tricolor en Trujillo ante el Cristal y de ahí comenzaron
los problemas el roce entre los jugadores Limeños y Trujillanos y extranjeros y
aún más la derrota en la cancha de los muertos ante el Municipal con la
gigantesca banderola que invadió el arco de Ibáñez y el gol que no fue, que
nunca entro y Alberto Tejada lo valido como tal.
Aquella
vez estuvimos transmitiendo con Carlos Sotil Mantilla, en las graderías y
teniendo a nuestras espaldas a Uribe expulsado como era muy seguido también a
ciertos jugadores, tal parecía que los árbitros también colaboraban para el
descenso y es más por las fuertes declaraciones de los Saavedra en el seno de
la ADFP, de que ellos se serian modelo de dirigentes que no compraban árbitros
yo arreglaban partidos, , creo que eso también sumo.
Además
la férrea disciplina que implanto Uribe quebrada por ciertos jugadores que se
creían intocables, más los malos resultados precipitaron a
renunciar al Club. Los dirigentes le encontraron remplazo inmediato y
confiaron en el mundialista José Fernández; quien complico más esta situación
carlista a tal punto que jugadores Limeños con pasado en selección peruana
exigían a los dirigentes que ellos querían entrenar de Lunes a Jueves en Lima y
llegar a Trujillo los viernes.
Fue
casi efímera su presencia y el tricolor sumo pocos puntos. Rápido lo cambiaron
por el paraguayo Cesar Cubilla cuya experiencia no le sirvió de mucho.
Recuerdo cierta vez tomando un café con él, me refería, que tal era la
presión de la hinchada que algunos jugadores Limeños se hacían los lesionados y
hasta algunos se le descomponía el estómago solo por no saltar al verde del
Mansiche. El mismo libreto lo cambiaron Mannucci se venía en
picada.
Luego
toma la dirección Juan Caballero Lora, con poca experiencia y como vio al
equipo hundirse decidió renunciar, pues no quería manchar su hojade vida
dejando solo a su asistente Sergio Ricardo Pereyra quien realizo lo que nadie
había logrado; un cambió elevando el autoestima de los jugadores a pesar de un
falso debut en el nacional con la “U” perdiendo por goleada, luego le gano al
Aurich-Cañana, al Alianza Atlético de Sullana con gol de Fabián Arias en el “campeones
del 36” en Sullana y en el Mansiche ajustado al FBC Melgar y mantuvo la
ilusión hasta el último momento. Pero le faltó tiempo…..
En
esas pensamientos me encontraba cuando sentí el chirrido de la vieja puertay me
desconecto el clásico olor a pezuña de los chimpunes y el eterno “chueco”
solano que me invitaba a pasar, dude atravesar el umbral, y al ingresar al
camerino vi a los jugadores llorando recriminándose así mismo nadie hablaba,
Ibáñez Cabizbajo, Paredes sollozando, Flores en un rincón, Ortiz, Chávez ,
Ganoza masticando su bronca, Villegas sollozando, Medina tumbado en el
suelo ,Heredia se cogía su África look, Malqui carajeando a todos.
Tenía
que aprovechar la oportunidad, era el único periodista presente, así que
active el play-record de mi grabadora encontrando resistencia
percatándome que las pilas me fallaban, conecte el celular y marque para
salir en directo a la Radio y ya no había crédito, hubiera maldecido lo que me
pasaba, solo me quedaba contemplar el momento histórico así que no resistí
tanto dolor y contagiado me salí casi corriendo, deprimido camino a mi cabina.
Quedaba
el consuelo de ver nuevamente a los niños hinchas pero ya habían partido no sé
a dónde. El sol se había ocultado antes de concluir el encuentro y unos
nubarrones amenazaban en el firmamento, sintiéndose una ligera llovizna que
quería lavar el dolor. Un hincha por ahí dijo: “Dios también llora
por Mannucci……”
En
la mente ya camino a casa recordaba las palabras de Sergio Ricardo
Pereyra “Si baja Mannucci todos pierden desde el heladero, el kiosquero, los
canillitas etc. ”. De ahí hacia adelante todo fue distinto.
Han
pasado 20 años de intentos y frustraciones y nunca supe quiénes
fueron los niños a veces me pregunto ¿Dónde estarán los niños del
Mannucci ? ¿Y qué fue de aquella promesa de “Nunca te abandonare”…..?(LUIS CARLOS GOMEZ)
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